UNO CONTRA TODOS


UN CAPÍTULO EN LA VIDA DEL MÉDICO MARIO GARTNER

Alfredo Cardona Tobón *


Mario Gartner en su año rural en Guática

Amainados los ánimos, y cuando la lucha por Risaralda es historia para las nuevas generaciones, ya se puede hablar de los personajes que a un lado y otro del conflicto sacrificaron intereses y tranquilidad en aras de sus ideas; empecemos con Mario Gartner Tobón un médico que tronchó su carrera y vio en peligro su vida, al oponerse a la segregación de Caldas en el propio Concejo de Pereira.

Mario Gartner Tobón hubiera podido hacer su práctica, despues de haber recibido el título de medico en la Nacional de Bogotá, en cualquier municipio de Colombia, pero siguiendo  el llamado atávico que ancló a sus bisabuelos en la margen  izquierda del río Cauca, el joven galeno escogió a Guática, un pueblito azul y chirimoyero, olvidado en el Viejo Caldas, donde la salud estaba a merced de los curanderos.

Con su personalidad arrolladora y su don de gentes Mario Gartner sacudió el alma guatiqueña. Las matronas y el pueblo entero secundaron sus proyectos y a punta de empanadas, convites sancocheros y amigos levantó, en 1951, el primer hospital de la población y dotó a los corregimientos de San Clemente y Santa Ana  con servicios básicos de salud.

EN TIEMPOS DE CAMILO MEJÍA DUQUE

En los años sesenta del siglo pasado nada se movía en Caldas sin la anuencia de Camilo Mejía Duque, un político salamineño al que le caminaban godos y collarejos, y tenía a Pereira y el occidente del Viejo Caldas como su indiscutible feudo electoral al que no entraban los candidatos del resto del departamento.

Al terminar el año rural, Mario Gartner T. se trasladó a Santa Rosa de Cabal donde habia crecido y alargado pantalones y tras unos años de ejercicio profesional fijó su domicilio  y consultorio en  la Pereira cívica y  comprometida con las grandes causas  de mitad del siglo veinte.  Mario era ambicioso, desbordaba simpatía y tenía un éxito enorme con las mujeres. Pronto Pereira tendió un tapete a sus pies y entonces  creyó, ingenuamente, que  podía enfrentarse a Camilo Mejía Duque y arrebatarle el liderazgo que el astuto cacique había ganado tras años de incesante labor de zapa y compadrazgos.

ACCIÓN LIBERAL

Corría 1964 y Mario Gartner con el apoyo de algunos dirigentes liberales de Manizales, inició una campaña política con evidentes desventajas, ya que no contaba con recursos, ni  maquinaria politica,  ni capitanes de vereda que lo respaldaran. El occidente era de Camilo Mejía, el Quindío estaba en manos de Ancízar López y los jefes rojos de Manizales no aflojaban los pocos votos que tenían en Pereira .

Por las  aldeas remotas y polvorientas carreteras cruzaba al garete la única camioneta de "Acción Liberal" a la caza de votos, desgranando las consignas de la disidencia  musicalizadas con la vieja canción " Las pelotas de carey". . "A Mario Gartner y a los otros ilusos, los dejaremos sin pelotas "- sentenció la dirigente camilista Gabriela Zuleta-  lo que  fue muy aproximado, pues Acción Liberal y su himno de las pelotas consiguió apenas un escaño en el concejo de  Pueblo Rico y otro en el de Pereira, que ocupó, obviamente ,Mario Gartner..

LA SEPARACIÓN DE RISARALDA

En el concejo de Pereira, el médico Mario Gartner  adelantó campañas en favor de los más desprotegidos y llevó una luz de esperanza a los miles de desplazados políticos que atiborraban los extramuros de la ciudad. El cirujano empezó a convertirse en la versión pereirana de Gaitán, pues como el caudillo bogotano se untó de pueblo y  arrastró tras de su causa a las  meseras y cantineros, a los coteros y vendedores informales ... a la gente sin techo ni esperanza.

Para entonces la vieja aspiración separatista de Pereira, alimentada por Camilo Mejía Duque y atizada por la reciente separación del Quindío, colocó a Mario Gartner en una encrucijada: Por un lado estaba la lealtad con un departamento que amó en las empedradas calles de Quinchía y se fijó en su corazón en  la  luminosa campiña de Santa Rosa de Cabal, dos municipios que fueron entrañablemente caldenses;  y por  otro lado sentía el llamado de una ciudad que lo amaba y lo tenia como  hijo propio.

Sin medir las consecuencias y sin ver que abrazaba una causa perdida, Mario olvidó los antecedentes históricos y apoyó la unidad caldense. El 11 de marzo de 1966  "El Diario" de Pereira catalogó al médico  como enemigo de Pereira, pues era el único concejal de la ciudad que no había firmado el memorial dirigido al Congreso pidiendo la creación del nuevo departamento.

El Comité Femenino, liderado por Doña Eucaris Jaramillo, expresó su rechazo, no sólo por su negativa, sino por las insinuaciones del médico  a los concejales de occidente para que se opusieran a las pretensiones de los pereiranos. La situación ardía peligrosamente,. Teresa de Arcila, "La Teresita de Caldas", encabezó ataques contra los amigos de Risaralda en varios municipios de occidente y el alcalde de Aguadas impidió la presentación de un grupo teatral de Pereira.

La escalada de violencia fue en aumento;  el 19 de octubre de 1966 Mario Gartner lideró una manifestación de apoyo a la unidad caldense en Santa Rosa de Cabal, que degeneró en una pedrea contra la Emisora Río San Eugenio, al Club Maiporé y a la clínica del Dr. Restrepo. Ante tales hechos, que no fueron responsabilidad del galeno , el  Concejo de Pereira lo declaró persona no grata y ordenó fijar la  infamante declaración en  los muros y paredes de la localidad.

Hasta allí llegó la carrera política del galeno y su ejercicio profesional en Pereira. Una turba enjamelgó de estiércol las paredes de su casa y  puso en peligro su vida y la de su familia, entonces Mario  Gartner se radicó en Manizales, donde ya no lo consideraron caldense sino un risaraldense exiliado .

 Fue triste el sacrificio  inútil de Mario Gartner e inexplicable la falta de visión de una persona inteligente al oponerse a un situación que se gestaba desde décadas atrás y no tenía reversa.  Sobre Mario Gartner, Johel Trejos   y otros defensores de  la integridad del Viejo Caldas cayó el manto del olvido  y su memoria se cubrió de ignominia y contumelia en los círculos de Risaralda..

Han pasasdo muchos años y solo quedan cenizas de las pasiones de esos tiempos. Ahora podemos repasar los hechos y medir las acciones. Mario Gartner, como todo ciudadano, tenía todo el derecho a disentir y argumentar; creía de buena fe que la división del Viejo Caldas no era conveniente y se oponía al caciquismo de Camilo Mejía Duque, que por encima de los intereses de las comunidades, lo que buscaba era  fortalecer su poder electoral,

 Haya tenido razón o no en lo referente a Risaralda, no podemos olvidar su labor social en Pereira,  la voz de aliento y apoyo a la comunidad del barrio Cuba, el trabajo de Mario Gartner en favor de los desplazados por la violencia, su generosidad con los pacientes a quienes muchas veces no cobraba y les regalaba las drogas  y el valor civil  para enfrentarse con ideas a una maquinaria que todo lo controlaba.

La balanza de la historia  medirá las acciones de Mario Gartner. Por lo pronto los que gozamos en tiempos idos de su amistad y su apoyo  iremos recobrando la memoria de este gran hombre que declinó un futuro lleno de promesas  al defender una causa  sin esperanzas..


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