EL CORREGIMIENTO DE IRRA

Alfredo Cardona  Tobón

           

                            

Irra es un corregimiento quinchieño  ubicado  a orillas del río Cauca el  comercio se hace principalmente  con Manizales y su gente tiene que ver más con el departamento de Caldas que con la cabecera municipal.

 

Así como numerosos poblados nacieron en  un cruce de caminos o al lado de una fonda, Irra nació al pie del ferrocarril de Occidente y bajo el ruidoso padrinazgo de las cantinas. En  cuanto al nombre del poblado se debe a la tribu indígena que ocupó el territorio. 

 Los nativos de la zona, con cultura diferente a  os umbras, eran comerciantes  que  sirvieron de enlace entre los   quimbayas y  los  ansermas  en los "tianguez, o mercados a orillas del Cauca, donde se hacían trueques de sal y oro por mantas y alimentos.

A la llegada de los españoles, el cacique Cananao, amo y señor de las vecindades, estableció alianzas con el conquistador Jorge Robledo y marchó con los españoles en las cruentas campañas contra los armados y los carrapas. La alianza no duró mucho y al lado de  sus hermanos de raza los irras se levantaron contra los europeos  en 1557 cuando  el cacique Capirotama apoyó la rebelión  de los quimbayas y los panches..

En  1559 la encomienda de  Irra dependía de  Francisco Díaz  a quien la comunidad tributaba en Navidad y por San Juan  50  mantas de algodón,  50 aves entre gallos y gallinas, cinco libras de algodón hilado, tres arrobas de cabuya, seis pares de alpargates, seis cinchas y jáquimas, una arroba de sal, seis arrobas de pescado, tres fanegas de maíz , media de frisoles y media de garbanzos. A lo anterior se  agregaban  los tributos a la iglesia como los diezmos, pago de misas y funciones religiosas y  la quinta parte del oro que recogían en minas y aluviones.

En 1627 el  Oidor Lesmes de Espinosa y Saravia agregó el territorio Irra al resguardo indígena de Quinchía. Las enfermedades, los desplazamientos a las minas de Quiebralom, y los ataques de las tribus del Chocó, mermaron dramáticamente el número de habitantes de  Irra y  arruinaron el territorio. Entrado el siglo XX, los vecinos de las parcialidades vecinas y los colonos antioqueños empezaron a repoblar el territorio donde había florecido la Irrada de los nativos..

EL CASERÍO DE IRRA

La historia del  Irra moderno empieza en  el vado del “ Ciruelo” . Por allí  atravesaron el rio Cauca los melistas manizaleños perseguidos en 1850 por las tropas constitucionalistas y posteriormente lo hicieron los guerrilleros liberales en sus ataques a las poblaciones del sur de Antioquia durante las guerras civiles..

Los testimonios de los ancianos registran la presencia en 1900 del riosuceño Vicente Garcés, un  vendedor ambulante  que prestaba dinero y aseguraba su pago con escrituras y alhajas que guardaba en una caja fuerte. En la guerra de los Mil Días, que tan duramente azotó la región, Vicente Garcés se apropió de los bienes de  Buenaventura Manso, de Higinio Trejos, de Julián Tapasco  y otros fallecidos acumulando  extensas propiedades, entre las que figuraba  “El Ciruelo”, que se extendía desde el Alto de Guerrero hasta  el cauce del rio y desde la cercanía de Bonafont  hasta la desembocadura del rio Opiramá,..

En los predios de “ El Ciruelo”  nació un rancherío, al calor del aguardiente y el  jaleo de catre. Sus primeros vecinos fueron cantineros y las putas que alegraban las noches de los trabajadores que tendían los rieles del tren que  conectó a Cartago con La Pintada.

Irra fue creciendo  a medida que avanzaba el ferrocarril. En  1906  el alcalde provincial de Riosucio, Rafael Tascón, solicitó al gobierno de Caldas  un camino entre Irra y Riosucio cuya construcción se decretó por Ordenanza No. 30 de 1913. En este mismo año el gobierno departamental  aprobó un puente metálico sobre el rio Cauca; en 1917 se licitaron los cables de acero  y tres años después las dos orillas del Cauca se unían en Irra..

En  la década de los años treinta del siglo pasado Luis Ladino edificó  la primera casa de dos pisos en medio de las cantinas. Con la afluencia de  mineros y labriegos fue necesario nombrar un inspector de policía que por falta de presupuesto estuvo unos  pocos meses, hasta que, por circunstancias de orden público  se nombró permanentemente a partir del  14 de julio  de 1943.

El 5 de diciembre de 1939 el ingeniero  Pablo Ramírez firmó con el departamento de Caldas un contrato para el levantamiento de la carretera Quinchía- Irra; el contrato se traspasó  al ingeniero Tiberio Ochoa en mayo de 1940, en diciembre de 1948 la carretera se declaró de Utilidad Pública y se decretó la construcción de la misma.

INFORME DEL INSPECTOR DE IRRA-  22 DE MARZO DE 1942-

Señor

Alcalde Municipal de Quinchía

De conformidad por lo dispuesto por el Sr. Secretario de Gobierno en oficio No. 139 con fecha 13  de febrero pasado, me permito rendir a usted el siguiente informe de Irra:

Minas explotadas-  Actualmente se están explotando cinco minas  y hay una en exploración. Todas son de aluvión y dentro del radio que corresponde a esta jurisdicción.

Personal minero- Hay en las minas un plantel de 754  personas incluyendo mujeres en el laboreo de los aluviones. Este personal está saliendo todos los domingos a este caserío con el fin de  conseguir provisiones para la semana pues distan  4 0 5 kilómetros de este lugar.

Personal del ferrocarril- Actualmente se encuentran trabajando en el sostenimiento del ferrocarril de Llano Grande  al Retiro, en la jurisdicción de este despacho 225 obreros, es de advertir que este número de  trabajadores se reúne en este caserío en las quincenas.

Casas habitadas- Hay 134 casas habitadas, con un personal de 605 habitantes,  no incluyendo en este personal los obreros del ferrocarril.

Cantinas y tiendas- Hay en este lugar y en el de Tapias 18 establecimientos  de licores y aprovisionamiento de víveres que surten a los habitantes del caserío, personal de las minas y los obreros del ferrocarril.

Mujeres públicas-  Hay 28 mujeres permanentes y con mucha frecuencia suben de La Pintada y de Manizales a este lugar.

Vendedores ambulantes- Son quince

Bailes-  Uno o dos bailes por quincena, que pagan los derechos correspondientes al municipio.  Hay una gallera-

Ramón Montoya Correa

Inspector.

 

LISTA DEL PERSONAL CON RANCHOS EN IRRA EN ABRIL DE 1945

Tienen dos ranchos: Tomás Pulgarín, Carmen Molina y Belisario Alarcón.

Tiene un rancho los siguientes vecinos:

Alejandro Garzón, Graciela Yepez, Teresa Trejos, Cosio Batero,  Jesús Piedrahita, Arturo Piedrahita, Pedro Gaviria,  Congo Rios,  Luis Ladino,  Otoniel Ladino, Manuel Moreno, Rosalía Bernal,  Rafael Mesa, Nacianceno Mina,  Teresa Trejos, Jesús Espinosa, Justiniano Grajales,  Luis Londoño,  Israel Casquete.

 

CARTA DE LA JUNTA PRO-CORREGIMIENTO-- 14 DE MAYO DE 1945-

Señor Doctor Luis Antonio Ordoñez

La Felisa

Señor Doctor:

Tengo el honor de trascribirle literalmente la proposición aprobada por la Honorable Junta Pro- Corregimiento de Irra en la sesión del día 8 de los corrientes:-

“ La Junta Pro- Corregimiento de Irra, interpretando el verdadero sentir de esta población  saluda muy atentamente al doctor Luis A: Ordoñez,  y le desea larga y grata permanencia en esta región y se complace altamente en significarle que,  dentro de las estrechas y humildes condiciones del poblado  y sus habitantes, anhela tener siquiera por breves momentos  el honor de tan ilustre huésped en casa y expresarle  en ella cuanto tenga significación de progreso para esta región, vinculada por  muchos y valederos motivos a la Empresa que dignamente dirige usted y el gobierno  en buena hora puso en sus manos.”

Firma Efraim Ramírez.  Secretario de la Junta.-

 

Como se ve en el comunicado anterior, la vida de Irra estuvo ligada estrechamente a la ferrovía y desde sus  primeros años aspiraba a tener el estatus de corregimiento pues por la distancia y las vías Irra estaba aislada de su cabecera.

EL TREN

La  carrilera avanzó por dos frentes: el uno desde el norte con trabajadores paisas y el otro desde el sur con personal valluno. Las grescas eran fenomenales entre esos dos grupos tan diferentes en costumbres y en cultura; se disputaban las cantinas, los burdeles y las prostitutas; se trenzaban a garrote y a cuchillo sin que el inspector pudiera hacer algo para evitarlo, pues no contaba con agentes del orden  que lo respaldaran. El funcionario se limitaba a levantar los cadáveres y a rescatar los muertos que flotaban Cauca abajo.

Poco a poco  fueron llegando nuevos pobladores provenientes de las veredas cercanas de Quinchía y Filadelfia. Entre ellos figuran Tomás Pulgarín, Manuel Salazar,  Carmen Emilia Molina,  Balbino Alarcón, Alejandro Loaiza, Graciela Yepez, Teresa Trejos, Cosio Valeno, Jesús M. Piedrahita, Arturo Piedrahita,  Pedro Gaviria, Congo Rios, Luis Ladino,  Otoniel Ruiz, Manuel Moreno,  Rosalía Bernal, Rafael Mesa, Nacianceno  Mina, Justiniano Grajales, Jesús Espinosa, Luis Londoño e Israel Casquete.

Por la orilla oriental   paraba el tren en la  Estación de Tapias en territorio de Neira; allí y en Irra los trabajadores dejaban sus salarios en las cantinas y burdeles  mientras los dueños de las haciendas, oriundos de Manizales, solamente  iban a sacar reses sin dejar nada a cambio, convirtiéndose, eso sí, por  su poder e influencias, en los mayores invasores del espacio público del caserío.

NOE DE JESUS Y LA CARMELONA

Noé de Jesús Montoya  armó  maletas y una mañana muy tempranito  salió de Santa Rosa de Osos, dejando atrás los helechales y los recuerdos y en  manos del destino llegó  al  sitio de  Cañafístula en  las orillas del río Cauca donde  asentaban los rieles del ferrocarril de Occidente

 

En esas soledades Noé de Jesús, un mono delgadito de pocas palabras,  tuvo amores con una hembra coqueta, que lo abandonó para irse con  el maquinista del tren.  Eso le talló duro a Noé, que nunca  superó la traición de su  “Carmelona".

“Hagamos un silencio a nuestra historia de amores” le dijo la ingrata. Noé la buscó por estaciones y cantinas, registró  los caminos  buscando sus huellas,  repasó las ventanas de las casitas sobre la vía férrea y escrutó con ansia todos los horizontes con la esperanza de encontrar a su amada.  Pero fue inútil la búsqueda. Nadie volvió a ver a la “Carmelona”.

Noé llegó desengañado al campamento de Tapias y empezó a trabajar en el túnel de Irra. En las noches,  mientras revoloteaban  mangas de murciélagos y se cubrían las vegas del Cauca con millones de cocuyos, José Dolores Vásquez, venido de Frontino, repartía las cartas mientras Pedro Guzmán tiraba los dados y Noé soñaba con la “Carmelona”.

 

Al otro lado del río crecía  Irra  a medida que  se multiplicaban los durmientes de los rieles.  En medio de las humildes construcciones sobresalían tres casas de teja; las demás edificaciones eran ranchos pajizos donde  se compraba  víveres, cigarrillos, aguardiente y cerveza y esperaban  las mujeres que noche tras noche llenaban la soledad  de los trabajadores.

Un viernes por la tarde Noé de Jesús pasó en una canoa a la otra orilla del Cauca  y se adentró por el callejón. A esas horas Emilia, apodada “La Soberana” salió del rancho a  rebuscar la vida  junto  con la supieña “Anaís" mientras la música se filtraba hasta el monte  y  decenas de ojos  sedientos las seguían  por el playón del Cauca.

Emilia  era un mujer morena,  pispa y busca pleitos, en  los pliegues de la falda llevaba una puñaleta cachivenado que  no la abandonaba en la cama  y menos en sus servicios de amor entre los matorrales y los vagones vacíos.

A fines de semana  llegaba a Irra gente de todos los campamentos  ferroviarios: mujeres del Valle, de Antioquia, de Manizales... y jugadores  provenientes de Medellín. Al anochecer se  encendió el baile: los guapos rastrillaban los machetes contra el cascajo ardiente  y en medio de los tragos saltaban desafiantes Pedro Luis Álvarez   o Zoilo Colorado y  ¡ay! de aquel que les hiciera frente.

En medio  de la fiesta un  tal Carrasquilla quiso llevarse a la “Soberana” a viva fuerza y Noé de Jesús, que le estaba echando el ojo  gritó enfurecido: ¡largala Carrasquilla que nos vamos a dañar!.  La gente abrió campo, y empezó la pelea. Un machetazo hizo saltar chispas en la oscuridad, otro cortó un  banco de guayacán  y  los dos contrincantes entre fintas y mandobles se acercaron al rio. De  pronto se escuchó un quejido y un chapaleo en la aguas del Cauca.  Noé de Jesús enfundó el machete teñido de sangre y el cuerpo de Carrasquilla empezó su viaje aguas abajo  enrojeciendo los remolinos, mientras Emilia, “La Soberana”, abrazaba a Noé de Jesús y apuraba un  trago de aguardiente.

 

Pasaron los meses, Irra siguió creciendo,  la  carrilera continuó hacia Arauca, los andariegos se asentaron al  lado del puente y del semen, el sudor,  la sangre y el  licor brotó  una población  de barequeros  y mineros del oro, que ve pasar la vida como las aguas del Cauca o como las tractomulas que ruedan sin   dejar huella en el asfalto de la carretera.

“La Soberana” se esfumó como  una de las tantas visiones de Irra y   Noé de Jesús  desapareció  después de buscar a su  Carmelona en  las botellas de ron y llamarla por las trochas perdidas. Unos dicen que perdió el alma en una partida de póquer, otros que se convirtió en una sombra que espera a la amada en las paradas de bus.

El tren ya no pasa por  Irra y el olvido se ha ido tragando los durmientes  de la via al igual que la casona de la hacienda de " El Ciruelo" donde Vicente Garcés guindaba la hamaca y entrepiernaba  a las mulatas del puerto  cuando la luna arropaba el caserío antes de  sumergirse en las aguas del rio.

 

 EN TIEMPOS MODERNOS

Por Ordenanza No 97 del 30 de noviembre de 1959  se dispuso la construcción del acueducto y el alcantarillado y se apropió  la suma de $ 50:000 para adelantar trabajos - Entre los proyectos vanguardistas en tiempos de Caldas figuró la  urbanización Corteguay   y para tal fin el departamento compró diez cuadras a la señora Yolanda Garcés de Castellanos. Al  constituirse el departamento de  Risaralda se archivó el proyecto  y el nuevo departamento negoció los lotes con la Caja Agraria.

 En marzo de 1959 se contrató la construcción  de la carretera Irra- Supía, para unir  La Pintada en Antioquia con el punto de Tres Esquinas en Manizales, pasando por  La Felisa e Irra; así se obvió el largo y escabroso tramo  por Valparaíso y Caramanta.

El 12  de mayo de 1956 llegó el primer bus a Irra por la carretera Manizales-Lisboa, aún no se había construido el puente y por tanto  los pasajeros  debieron apearse al otro lado del río;  Don Carlos Restrepo era el conductor y el vehículo estaba afiliado a Transportes Irra, una empresa fundada por el  señor Carlos Restrepo.

 En junio de 1964 se inauguró el nuevo  puente sobre el rio Cauca y  por esa misma época se iniciaron los carreteables a Riogrande, Güisana, El Higo, Miracampos, Batero y Moreta para comunicar tales veredas con Quinchía y con Irra.

Como había sucedido con la carrilera, aumentó la población de Irra con los obreros de la carretera, muchos de los cuales terminaron por instalarse en el caserío; el centro de salud se convirtió en un hospital y el número de alumnos demandó la fundación del Colegio Integrado de Irra.

IRRA ES CORREGIMIENTO

Tras varios intentos fallido , por Ordenanza No. 11 de noviembre de 1965  Irra se erigió en corregimiento. La zona urbana del poblado,   a 835 metros sobre el nivel del mar, junto con la extensión rural de  55 kilómetros cuadrados,  albergan la tercera parte de la población de Quinchía; es la  puerta del departamento de Risaralda que se conecta por allí con  Medellín, l Eje Cafetero y el océano Pacifico.

Las siguientes veredas componen el corregimiento de Irra: Guerrero, Aguasalada, Aguas Claras, Mápura, Los Medios, Risaraldita, Sausaguá, El Chuscal,  Ginebra, Corozal, El Callao y la Esmeralda. Todas ellas con historia, todas ellas con un pasado

En los años sesenta del siglo pasado un enorme derrumbe en el sitio de Chirapotó, en límites con Antioquia, destruyó la carrilera del tren que iba hacia Medellín.  Un nuevo proyecto pretende empalmar por via férrea   a Buenaventura con Medellín, lo que indudablemente daría un nuevo  impulso a Irra

    .

LA ECONOMÍA DE IRRA

La ganadería, la agricultura, la minería y el comercio son las bases de la subsistencia de Irra. Se explotan filones de oro en la veredas de Las Trojes, Miraflores, Guerrero, Aguasclaras y La Esmerald El oro de aluvión se extrae en las veredas de Mápura, El Callao, Ceibal y Chuscal Bajo, en El Callao se extrae caolín y hay ladrilleras en Sardineros y Chuscal Bajo.

La cabecera de Irra se conecta con Quinchía por carretera pavimentada y las catorce veredas lo hacen por  carreteables estrecho y destapados . Los habitantes de algunas veredas se desplazan a Riosucio, donde mercan y venden sus productos. La región de Irra  podría  ser un polo turístico por el clima, la ubicación y su riqueza cultural.  Cerca del puerto se encuentran varas fuentes saladas, petroglifos y  comunidades umbras que cultivan caña y cacao. Es una zona minera cuyos aluviones auríferos  dan las mayores regalías que recibe el departamento y que injustamente no le llegan en servicios  a los  mineros que las producen

Con La via 4G que comunica a Medellin con el Pacífico, Irra quedó a un lado de la autopista aislando la población y el comercio. Para remediar en parte esta desventaja sería necesario mejorar la vías de Irra a Riosucio por Bonafont y abrir la carretera Irra a Anserma por los lados de la Bendecida, sería la forma de repotenciar al corregimiento y darle el impulso vial que perdió con la autopista y le nuevo puente que desvió el trafico.

PERSONAJES DE IRRA

 Gabriel Velásquez Garcés [1]

 

Fue nieto de Vicente Garcés, antiguo propietario de la hacienda “El Ciruelo”, en cuyos predios se levantó la aldea de  Irra. Gabriel fue  personero, tesorero, y coordinador de Cultura de Quinchía.. En representación de Irra fue concejal en varios períodos. Se caracterizó por su liderazgo político  como militante en el MRL y luego en el  oficialismo del Partido Liberal..

 

Gabriel siempre abogó por las causas cívicas de Irra. Se destacó por el trabajo comunitario;  convocaba a convites  donde trabajaba hombro a hombro con la comunidad. Promovió a  Telecom, el acueducto, el Hospital, y el ancianato, Se preocupó por el parque,  el arreglo de las viviendas, las escuelas y colegios.

 

Gabriel conseguía los regalos de Navidad  a los niños  del corregimiento, y convocaba para hacer la repartición a tal punto que sacrificaba la reunión familiar por estar en Irra  viendo la felicidad de los pequeños cuando se les entregaban los  aguinaldos. .

LA VIOLENCIA EN IRRA

El corregimiento, al igual que Quinchía,  ha sido  castigado por todas las violencias: Por allí se movieron los "pájaros" del norte de Caldas en los años cincuenta,  las bandas del “Capitán venganza” en  los años sesentas del siglo pasado;  “Los Magníficos” en tiempos de los  paramilitares y por último  “Leyton” y su cuadrilla de antisociales

 Infortunadamente el germen de esas violencias sigue agazapado en medio dela pobreza. En  febrero de 2013   cafeteros de once departamentos  se congregaron en Irra para manifestar su descontento y exigir al gobierno nacional soluciones para las graves crisis que afrontaba ese sector de la economía. Escogieron a Irra por su posición geográfica, ya que al bloquear  la via paralizaban  media Colombia,. También escogieron a Irra por ser un fortín de la ANUC -  Asociación Nacional de Usuarios Campesinos,y por  contar con dirigentes agrarios beligerantes y activos en la defensa de la  gente del campo..

A Irra  llegaron  representantes de diversos sectores sociales en apoyo a los cafeteros, Se deron cita organizaciones sindicales como el Sindicato de Trabajadores de la Federación Nacional de Cafeteros, Sintrafec; la CUT; el sindicato de trabajadores de la CHEC, la empresa de energía de Caldas; el sindicato de vendedores informales de Manizales; el Comité Cívico Pro-defensa de Marmato, que agrupa a los mineros de la zona; y la Asociación Sindical de Pescadores de Arauca, iIgualmente representantes de la Organización Colombiana de Estudiantes, OCE, que pertenecen a la Mane y autoridades locales como el gobernador indígena de San Lorenzo, Leonardo Gañan

Los manifestantes bloquearon la via entre  Manizales y  Medellín, cruzaron el puente sobre el Cauca  con pancartas y consignas que resonaban por los altoparlantes Las deudas con el sector bancario eran una de las mayores preocupaciones de la protesta:  “Nosotros sacamos préstamos a principios de año que deben pagarse al final de año. Este año, por primera vez, no pudimos pagar la deuda”, agregaba una caficultora de Manizales. Un cafetero del Alto Tablazo, cerca de Manizales, preguntaba  por qué el gobierno no condonaba las deudas cafetera y en cambio apoyaba a los bancos que tiene utilidades billonarias.”

 

Al caer la  noche se abrió paso en la carretera. Nada se decidió. En la carretera retiraron los últimos obstáculos  mientras resonaban  las palabras del líder quinchieño Jesús Guevara:  “ ruina, pobreza, desplazamiento es lo que nos espera y un amanecer sin  comida para darle a los hijos”  El  gobierno no responde., nos quiere acallar con promesas que no cumple. ¡: Nosotros somos cafeteros, no limosneros”!

 

---

[1] Olga Lucia Carrillo