OTRA VISION DE LA OPERACIÓN CONTRA EL EPL EN QUINCHIA


 22 MESES DE PADECIMIENTO

Cada rostro que aparecía en la puerta de la cárcel La 40 de Pereira desataba una fiesta, y por cada hombre que pisaba la calle, corrían lágrimas y risas. Así fue ayer el regreso a la libertad en esta ciudad de 28 de las 117 personas detenidas en Quinchía un domingo de septiembre del 2003, que este pueblo de Risaralda no quiere recordar.

Por: NULLVALUE
 
                                              José de los Santos Suarez

 3 de agosto de 2005

Cada rostro que aparecía en la puerta de la cárcel La 40 de Pereira desataba una fiesta, y por cada hombre que pisaba la calle, corrían lágrimas y risas. Así fue ayer el regreso a la libertad en esta ciudad de 28 de las 117 personas detenidas en Quinchía un domingo de septiembre del 2003, que este pueblo de Risaralda no quiere recordar.

Otras 34, mientras tanto, abandonaban las cárceles en Dosquebradas (Risaralda), Manizales y La Dorada (Caldas), Ibagué y Cómbita (Boyacá). Del más del centenar de capturados, apenas seis siguen presos. Al resto no le encontraron vínculo alguno con la guerrilla.

Entre los liberados están Jorge Alberto Uribe Flórez, quien estando preso fue elegido alcalde de Quinchía, y el fiscal del Consejo Regional Indígena de Risaralda, Arnuario Enrique Guarumo, quien había pedido ser juzgado por la justicia indígena.

Una salva de vivas y aplausos los recibió luego de traspasar las rejas. Anunciaron que demandarán al Estado y el Alcalde partió con su familia rumbo Buga a cumplirle una promesa al Señor de Los Milagros.

Los afectos contenidos durante la detención estallaron en una especie de fiesta municipal con papayera y cohetes. Fue su manera de expresar la esperanza del retorno a la normalidad de Quinchía, que desde la captura masiva no volvió a ser el mismo pueblo.

"Nos presentaron y estigmatizaron como un municipio de guerrilleros. Capturaron al alcalde, a candidatos a elecciones, al director de la Umata, a gente del hospital, al comandante de Bomberos... El trauma para el pueblo no tiene comparación", dijo el docente Jairo Darío Ospina, quien ejerció este tiempo como alcalde encargado.

La personera María Isabel Abad considera inconmensurable el impacto económico, social y político de la llamada operación Libertad .

"El 90 por ciento de los detenidos son campesinos. Las mujeres tuvieron que asumir como jefes de hogar y ocuparse en oficios varios, se acentuó el hambre, las personas no tenían cómo visitar a sus presos", cuenta.

Ante el señalamiento, dice, a mediados del año pasado llegaron los paramilitares y en 15 días mataron a 15 personas; hubo desplazados y el campo dejó de ser productivo. No había compradores y el comercio decayó.

Para los abogados defensores Carlos Arturo Rueda y Bernardo Isaza se hicieron detenciones con base en testimonios como el de un hombre que dijo haber conocido la red del EPL en 1996, pero se comprobó que estaba preso en Medellín por homicidio. O el de la persona que puso en un cadáver sus documentos y y sacó nueva cédula para declarar.

Hoy los detenidos de Quinchía están libres y, como dice la personera, "toca empezar de nuevo, para que el municipio recobre su dinámica".

EL ABUELO DEL CONCEJO.

Tiene 75 años y es reconocido como el concejal más antiguo de Colombia. Su primer período fue en el gobierno de Rojas Pinilla y completa cinco décadas de actividad política. En el pueblo lo llaman el Cachaco porque siempre anda de saco y corbata.

Sus ocho hijos dicen que se criaron entre tertulias políticas. Entre los que visitaron su casa se cuentan los ex presidentes Alfonso López Michelsen, Julio César Turbay y César Gaviria, además de figuras como Otto Morales Benítez. Tres meses antes de la detención fue condecorado por la gobernadora de Risaralda, Elsa Gladys Cifuentes.

Lo que más extrañó Gilberto Cano Bolívar en estos 22 meses de cárcel fueron las charlas con su familia y los amigos, los recorridos por Quinchía y sus tangos y milongas (tiene una colección de más de 4.000 discos).

"Siempre estaba pendiente, nos daba fortaleza cuando el ánimo decaía. Para muchos fue como un guía mayor, un consejero", recuerda Luis García, uno de sus compañeros de cárcel.

LA TRAGEDIA DEL CIEGO DE 76 AÑOS.

Desde el primer día de la captura masiva en Quinchía, José de los Santos Suárez se convirtió en el símbolo de los detenidos. Nadie entendía cómo un hombre de 76 años, invidente, que dependía de la solidaridad de otros, pudiera ser, como lo decían las autoridades, un curtido guerrillero encargado de cuidar armas y dinero de la subversión.

En el pueblo, para su sostenimiento, algunas familias le regalaban naranjas y otros productos del campo, que él vendía en el pueblo los fines de semana.

Suárez fue capturado en la vereda San José, donde residía. No le encontraron armas ni documentos - nada le incautaron en la Operación Libertad- que lo relacionaran con la subversión.

En el Patio 2 de la cárcel La 40, de Pereira, José Vinasco se convirtió en su lazarillo. Estaba pendiente para bañarlo y ayudarle a la hora de la comida. Desde los otros patios, los otros presos del pueblo también estaban atentos a su suerte.Ayer, a la salida de la cárcel, lo esperaba un medio hermano. Sería su única familia, pues en la vereda no le conocen allegados.

JAVIER MURIO EN PRISION.

En el hogar de Javier Antonio Manso no celebran la noticia de la libertad de los capturados. No porque no compartan la felicidad de sus vecinos, sino porque su padre y esposo no volverá a casa. El, un hombre de 55 años que había encontrado en un montallantas una oportunidad económica, murió en prisión. Teresa, la esposa, tuvo que lavar ropa ajena para conseguir los 50.000 pesos de arriendo mensual. Dos de sus cinco hijos tuvieron que dejar el colegio. Fue con la ayuda de otros que ella pudo ir a Pereira a visitar a Javier.

Pero sus hijos nunca pudieron hacer el viaje, y la última imagen que tienen de él es la del día que se lo llevaron esposado. Volvió en un ataúd. A los tres meses de la captura Manso sufrió complicaciones cerebrovasculares. Murió el 6 de enero del 2004 y su familia tuvo que acudir a la caridad para el entierro. CIFRA 12 Mil millones de pesos, según los abogados de la defensa, valdrán las demandas de los afectados.

- Romería a las cárceles. En el 2004 decenas de mujeres empezaron a organizarse para viajar cada fin de semana de Quinchía a las cárceles de Pereira y La Dorada (Caldas) a visitar a sus detenidos. Mediante rifas, recolectas, venta de frutas y bordados, reunían el dinero suficiente para contratar un carro y hacer la romería por las prisiones.

- Una posesión con esposas. El primero de enero del 2004 la Fiscalía le permitió a Jorge Alberto Uribe salir de la cárcel para ir a la Notaría Tercera de Pereira y asumir como Alcalde de Quinchía. La gente armó fiesta en el despacho.

- El día que los capturaron. El 27 de septiembre del 2003, policías, soldados y agentes de la Fiscalía se tomaron las calles de Quinchía para ejecutar la operación Libertad contra supuestos enlaces del Epl. En la redada cayeron el alcalde, Gildardo Trejos Vélez; el candidato a la Alcaldía Jorge Alberto Uribe Flórez (que ganó las elecciones); dos aspirantes al Concejo y un centenar de pobladores.

LAS CAPTURAS.

Entre el 7 de agosto del 2002 y el 6 de agosto del 2004 hubo 77 capturas masivas: cayeron 5.535 personas sindicadas de rebelión y terrorismo, según un informe de la ONG Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos, que será presentado el próximo 17 de agosto.

Un informe de la Procuraduría señala que de los 1.957 aprehendidos durante el 2003, a mediados del año pasado ya habían quedado libres 754.

Esta práctica de la estrategia de Seguridad Democrática ha sido blanco de severas críticas. Procuraduría y Defensoría le pidieron al Gobierno revisarla y la ONU señaló que muchas de esas detenciones se caracterizan por la precariedad de los indicios, las irregularidades y las manipulaciones procesales.

 

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