EL PRINCIPIO DE LA VIOLENCIA POLÍTICA EN QUINCHIA- RISARALDA


LOS SUCESOS DEL 28 E MARZO DE 1948 EN QUINCHÍA


Alfredo Cardona Tobón

                                 Vista de Quinchía- Oleo de Fernando Salas Ibarra
 



LOS SUCESOS DEL 29 DE MARZO DE 1948 EN QUINCHÍA

-EL PRINCIPIO DE LA VIOLENCIA POLÍTICA EN EL MUNICIPIO-

Alfredo Cardona Tobón
 

Las leyendas de mi pueblo hablan de Xixaraca, el dios indígena que moraba en la cumbre del cerro Batero, y de los demonios tamaracas que ese dios  confinaba debajo de la mole del cerro Opirama; a veces los tamaracas escapaban en forma de langosta, de  la peste, de enfermedades y   Xixaraca los enterraba de nuevo en lo profundo de la tierra para proteger a los nativos.

Llegaron los tamaracas en forma de españoles con sus arcabuces, como antioqueños con su  sed de tierra y el 29 de marzo, durante el gobierno de Mariano Ospina Pérez, regresaron los demonios encarnados en la  policía chulavita  y en los “pajaros” que sembraron de dolor a un pueblo pacífico que solamente conocía peleas de borrachos .

Allí empezó una era que estigmatizó a Quinchía y convirtió este humilde pueblo de Risaralda en víctima de todas  las atrocidades; en este documento se plasma el primer acontecimiento  de la violencia que ensangrentó a Quinchía, es el telegrama del alcalde Diego Posada G al gobernador de Caldas Gerardo Arias Mejía, narrando los graves acontecimientos de ese día:

 

Quinchía, marzo 29 de 1948-

Alcaldía  Municipal-

ORDEN PÚBLICO URGENTE

Secretario de Gobierno – Manizales-

No. 132-

Infórmole Domingo seis de la tarde:

Encontrábanse ciudadanos diferente filiación política café Manuel Melán, situado plaza principal entregados a libar licor, suscitándose disputa entre Baudilio Restrepo, conservador, Juan Betancur, liberal, grupos presentes empezaron a vivar partidos.

Ordenose cierre cafés, demás establecimientos, presentose Cristobal Echeverri, continuaron gritos, vivas recorriendo calles centrales señal protesta actos empleados hice referencia.  Acto continuo solicité telefonista comunicación con Secretaría de Gobierno,  como demorase comunicación, retíreme dicha oficina sin continuar expectativa y diez minutos después fui nuevamente telefónica encontrando allí señor Antonio Uribe, quien informome  que había conversado con el señor Secretario y pronto enviaría policía Anserma, Riosucio, solicité conferencia Riosucio donde informáronme  ya habían salido esta diez unidades policía. Acto continuo ordené cabo policía nacional, agente Gilberto González, trasladárase entrada población fin detener agentes, no logrando este conseguir nada, policía de Riosucio entró en carro disparando grupos liberales saliendo nuevamente con dirección Riosucio quedando un saldo de tres muertos, varios heridos. Los muertos son : Juan Betancur, Manuel González, Manuel Bermúdez, estos presentaban heridas armas de fuego, estos tres filiación liberal.

Once de la noche retirábanse  hacia sus casas y fueron atacados por grupo conservador apostado bocacalles, varios liberales, habiendo perdido vida Leonardo Quintero consecuencia una puñalada. Doce de la noche presentáronse  nuevamente agentes de Riosucio armados de fusiles disparando  y causando muerte Rafael Antonio Jiménez.

Actualmente hallanse acuartelados. Considero urge retiro policía y envío ejército para guardar orden. Igualmente ruegole designar investigador especial conocimiento hechos

Diego Posada- Alcalde

 

Por su parte el gobernador dirigió el siguiente comunicado al Ministerio de Gobierno en Bogotá:

Marzo 29 de 1948

Mingobierno

Bogotá

Permítome informarle sobre acontecimientos Quinchía. En primeras horas ayer suscitose altercado  entre celador de Rentas y Octavio Trejos, resultando levemente herido celador y Trejos superficialmente quemado por un disparo de aquel, quien disparó también contra el telegrafista.  Con motivo esto hubo alguna alarma y exaltación de ánimos, y a las seis de la tarde dos individuos de distinta filiación política entablaron acalorada discusión y fueron secundados por gentes distintos partidos quienes recorrían las calles armados. Policía trató  calmar ánimos, desarmar agitadores, sin resultados. Agitadores trataron atacar Estanco, porque empleado negabase cerrarlo, pero alcalde intervino eficazmente. Alguna persona avisó por su cuenta a Riosucio, población cercana, lo que estaba ocurriendo e inmediatamente de esa población fueron enviados agentes policía quienes  encontráronse en camino con otros agentes enviados de Anserma a solicitud alcalde Quinchía. Esta policía entraba a Quinchía en un carro, lo que sabido por grupos revoltosos, instaláronse entrada población y atacaron a bala carro donde viajaba policía, la que defendiose con armas de fuego. Policía Riosucio regresó inmediatamente cuartel vista de ataque pero más tarde presentose de nuevo a Quinchía pretendiendo colaborar guarda orden. Hubo cinco muertos, nueve heridos no graves, ente heridos algunos policías.

Tanto  policía de Riosucio y Anserma fue desarmada, puesta ordenes investigador. Muy temprano despaché señores Secretarios de Gobierno, Economía, Juez Departamental. Policía con su secretario han colaborado investigador solicitose Bogotá. También  despaché grupo  soldados al mando de un capitán.

Servidor

Gerardo Arias Mejía- Gobernador

 

NOTA DE ALFREDO CARDONA TOBÓN

Yo tenía ocho años cuando se presentó este incidente y fui testigo de este fatal acontecimiento.

Por  lo que vi y oí de mi padre la versión más cercana a los hechos fue la dada por el alcalde diego Posada G, persona de entero crédito.

La versión del gobernador fue acomodada  para justificar la conducta de la policía.

El gobernador Gerardo Arias habla de cinco muertos, pero no los discrimina como lo hizo el alcalde en su informe. Fuera de eso cuando una delegación de ciudadanos liberales se acercó a su despacho en Manizales a pedir protección para Quinchía, les sacó de la oficina tildándoles de mentirosos y asegurando que allí no había pasado nada.

Fue una gobernación de atropellos que debe analizarse para bajar del pedestal a ese infame individuo, que con otros de su partido permitieron que la violencia se extendiera en el departamento de Caldas.

Por presión de la dirección liberal se mandó un pelotón del  Batallón Ayacucho a vigilar el pueblo  y el  31 de marzo de 1948 se designó al teniente de la policía Guillermo Puerta como alcalde militar en remplazo de Diego Posada.

Fue muy tensa la relación de la policía acantonada en el pueblo con la ciudadanía, durante los meses que patrulló el ejército  hubo roces  entre el ejército y la policía que culminaron con un enfrentamiento sangriento que costó la vida a Mariano Monroy.

 




 

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